Las cebollas son uno de los principales ingredientes en la cocina, aportan un inigualable sabor a las recetas y benefician a la salud con sus nutrientes. Las cebollas amarillas cultivadas en Idaho y Oregón destacan por su versatilidad, siendo perfectas para caramelizar, saltear, asar o simplemente como deliciosa guarnición para realzar el sabor de los platillos con vegetales o carnes.
Las cebollas amarillas de estas regiones se distinguen por su gran tamaño, suave sabor, textura firme y larga vida de almacenamiento. Son buena fuente de vitaminas A y C, fundamentales para prevenir infecciones y fortalecer el sistema inmunológico. También son ricas en fibra, contribuyendo a mantener saludable el tracto gastrointestinal. Además, actúan como diurético natural y son excelente fuente de potasio.
Mantener la frescura y calidad de las cebollas es simple, se recomienda almacenarlas en un área seca, fresca y bien ventilada. Evita las bolsas de plástico, ya que esto puede propiciar la acumulación de humedad. Importante, no retirar la capa superior de la cebolla hasta el momento de utilizarla para preservar sus propiedades.
La mejor temporada para disfrutar del sabor y versatilidad de estas cebollas es durante el otoño e invierno. Se cosechan con esmero desde septiembre hasta marzo, aprovechando las ricas tierras volcánicas y el clima seco de Idaho y el Este de Oregón, Estados Unidos. Cada año, se cosechan aproximadamente 435 millones de kilos de cebollas amarillas en 8 mil 500 hectáreas a fin de brindar una oferta fresca y deliciosa durante estos meses.