Cada día, alrededor de 9 millones de personas utilizan el transporte público de la Ciudad de México. Pensar en la gratuidad de este servicio es lo que hoy pone sobre la mesa la asociación civil CoRe, Ciudades Vivibles y Amables, ya que esta ciudad es un gran candidato para dar el servicio de forma gratuita.
Por medio de su estudio ¿Transporte público gratuito en la CDMX?, CoRe establece que la gratuidad en el transporte constituye una iniciativa viable y estratégica para impulsar la equidad social, la sostenibilidad urbana y una movilidad más accesible, toda vez que experiencias internacionales muestran su viabilidad y sostenibilidad.
La investigación establece que para ofrecer transporte público sin costo a la población es necesario hacer un amplio análisis de los modelos existentes y adaptar las mejores prácticas a la realidad local, así como fomentar un diálogo inclusivo que permita construir un consenso entre diversos actores sobre la forma más efectiva de avanzar hacia un sistema de transporte público asequible, equitativo y sostenible.
Pero ¿qué hay del financiamiento? Durante el primer trimestre de 2023, la estructura financiera del Metro, STE y RTP se distribuyó de la siguiente manera: un promedio de 53% provino de contribuciones del gobierno local; 40% de los ingresos generados por las tarifas pagadas por las personas usuarias, y 7% restante de otras fuentes, incluyendo publicidad y la venta de tarjetas, entre otros. En cuanto al Metrobús, sus ingresos se destinan exclusivamente a tareas relacionadas con la planificación, administración y supervisión de sus siete líneas. Sin embargo, son las empresas que conforman este sistema las que reciben los recursos obtenidos a través de las tarifas.
Pese a los múltiples tabúes que hay entorno a contar con un sistema de transporte público totalmente gratuito, sobre todo por su financiamiento, los autores de esta investigación aseguran que la adopción de un esquema de gratuidad puede ser viable a través de un equilibrio que permita absorber la pérdida del ingreso tarifario y garantizar la cobertura de la operación y mantenimiento del sistema. La gratuidad en el transporte público conlleva una serie de implicaciones que son fundamentales para entender el impacto que este modelo puede tener en las ciudades y sus habitantes, como son las económicas, operativas, ambientales, financieras y sociales.
“Si bien estos escenarios plantean muchas complejidades, las experiencias internacionales muestran que no sólo es viable la implementación sin incurrir en grandes afectaciones económicas, sino que es posible que los ahorros provenientes de las externalidades puedan ser trasladados al financiamiento del modelo”, se lee en el documento desarrollado por Itzel Hernández, consultora en gestión pública, y Víctor Alvarado, consultor en Movilidad, Transporte Público y Agenda Política.
Los investigadores de este trabajo proponen un decálogo para la implementación de modelos de gratuidad en el transporte público, entre algunos de los puntos se menciona el involucrar activamente a todos los sectores en el proceso de planificación; adoptar un proceso gradual y sostenible; integrar la gratuidad en políticas urbanas más amplias; asegurar la calidad, cobertura y accesibilidad del servicio; promover activamente la inclusión y la justicia social; y fortalecer alianzas estratégicas locales e intermunicipales.
El transporte público gratuito tiene el potencial de acercar a las personas, de contribuir a mejorar su calidad de vida al facilitar la realización de sus actividades productivas, y de favorecer el acceso a oportunidades para ayudar a cerrar brechas de desigualdad social. Esta investigación se hizo con un enfoque con perspectiva de género, el cual busca que haya una movilidad equitativa y justa, en la que todos los habitantes de la CDMX se sientan incluidos.
“En CoRe creemos que es un tema fundamental para la Ciudad de México y otras ciudades en el país, por lo que buscamos repercutir con esta investigación en la agenda pública. El estudio muestra diversos casos internacionales, en los que el proceso ha sido gradual, y mismos que pueden dar pauta para impulsar una política pública que implemente un modelo de transporte sin costo”, concluyó José Antonio Valdivia, director de CoRe Ciudades Vivibles y Amables.