Tradición textil y conciencia sostenible en cada hilo

Originaria de Hueyapan, Puebla, Liliana Filomeno Ortíz es una maestra artesana que ha fusionado tradición y modernidad en su práctica textil, especializándose en el teñido con tintes naturales y el tejido en telar. En Tayol, su espacio creativo, preserva y reinventa técnicas ancestrales para proponer una relación armoniosa con la naturaleza y la identidad comunitaria.

Su acercamiento formal al mundo artesanal fue a los 23 años, tras realizar una investigación etnográfica en su comunidad. “El arte del teñido con tintes naturales es pura alquimia. Me sorprendió la magia de extraer colores vibrantes de las plantas y descubrir cómo perduran en el tiempo”, comenta la artista en entrevista.

Durante ese proceso, colaboró estrechamente con Guillermo Pascual Lozada y su familia, con quienes aprendió los secretos del teñido en salidas al campo y en largas conversaciones en el taller.

Liliana emprendió su camino artesanal desde la investigación académica y su propia curiosidad creativa con el objetivo de desarrollar un estilo propio. “No utilizo el telar de cintura tradicional, sino uno de pedal, lo que también forma parte de mi propuesta personal”, explica. 

Entre sus proyectos más relevantes destaca su participación en las ediciones 2022 y 2023 de ORIGINAL: Encuentro de Arte Textil Mexicano, evento en el que este año nuevamente participa. Asimismo, formó parte del Encuentro de Tintes Naturales, organizado por el Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (Fonart) en 2021 y 2023. En septiembre de 2023 viajó a Quito, Ecuador, para impartir un taller intensivo sobre tintes naturales en colaboración con la Pontificia Universidad Católica del Ecuador. 

“Cada pieza que creo es el resultado de un proceso complejo que puede llevar semanas o incluso meses, desde la selección de fibras naturales hasta el teñido y el tejido. Lo que más disfruto es la conexión con la naturaleza al recolectar plantas para los tintes, pero el proceso también implica desafíos, especialmente en los tiempos de elaboración”, menciona la artesana. 

Tayol, espacio para preservar e innovar

En su Taller Tayol, cuyo nombre en náhuatl significa “de corazón”, Liliana encuentra un espacio para desarrollar su creatividad en libertad al integrar tradición e innovación. “Es un lugar donde podemos preservar las técnicas tradicionales sin ignorar que la cultura está en constante movimiento. Aquí, además de crear, buscamos compartir estos conocimientos con las nuevas generaciones”.

La labor de Liliana se ha extendido hacia la enseñanza. A través de cursos especializados en tintes naturales, la artesana comparte su conocimiento sobre pigmentos que la naturaleza ofrece. “Es así que creo los talleres de tintes naturales especializados en plantas, en grana cochinilla, que es un insecto, y en añil, que es un mineral, un pigmento”.

Liliana resalta que su formación pedagógica ha sido fundamental para estructurar y transmitir dichas técnicas. “La educación me dio la oportunidad de reflexionar en torno a mi identidad y sistematizar mis conocimientos, lo que me permitió transmitirlo a través de los talleres que imparto”.

Adicionalmente a su labor como artesana, Liliana ha sido consultora para instituciones como la Comisión Nacional de Áreas Protegidas, Centro Interamericano de Artesanías y Artes Populares y el Museo Morelense de Arte Popular, instituciones en las que ha capacitado a otros artesanos en técnicas tintóreas sostenibles. Entre sus planes futuros destaca la publicación de un libro sobre sus experimentaciones con color y degradados, un proyecto que espera concretar en 2025. 

“Quiero sistematizar y compartir todas las recetas y técnicas que he desarrollado para obtener diferentes tonalidades de color, pero hacerlo de manera sostenible, cuidando cada paso del proceso. Mi arte no solo refleja la esencia de mi comunidad, sino que busca inspirar una reflexión sobre nuestra relación con la naturaleza y el lugar que ocupamos en el mundo”, comenta.

Su compromiso con la sostenibilidad se refleja en su enfoque circular, que comienza con la germinación de plantas mediante métodos agroecológicos y culmina en textiles teñidos naturalmente, diseñados para regresar a la tierra al final de su ciclo de vida. 

“Nuestro objetivo es instalar un sistema de captación de agua y filtración de aguas residuales en la comunidad para cerrar completamente el ciclo de producción sostenible”, concluye Liliana Filomeno Ortíz.